Tori en Yoyogi parkCUARTO DIA JUEVES 6

1er keiko, Doshu. Practico con Yamashima sensei, un señor que va casi todos los días a la clase de Doshu. Me deja exhausto, al finalizar es frecuente que la gente siga practicando; pues este buen hombre siguió cogiéndonos a todos los compañeros hasta que nos agotó, él tan fresco.

2º keiko,  Yasuno sensei. Vamos a su dojo de Hatagaya donde da clases fuera de Hombu. Hoy entro en el metro de Tokio por primera vez, al de verdad, el del mogollón de gente. Es un laberinto, comparado con el de Madrid, Barcelona, Moscú, etc. Es mucho más difícil, no sólo por el número de líneas y estaciones que hay, sino por cómo están conectadas. Si la forma denota el pensamiento de los creadores, los japoneses piensan raro. Vamos de cañas tras la cena con el sensei y un gran grupo de aikidokas de la Martinica, un rato agradable. La práctica de Yasuno sensei, verticalidad, tándem, contacto y mucho kokiu nage en tai atari.

QUINTO DÍA VIERNES 7

1er keiko, Irie sensei. Comienza a las 8h, con lo que hoy podemos dormir un poco más. El cuerpo empieza a estar ya muy cargado y esta hora se agradece.
Irie sensei es muy vertical y dinámico. Hacemos casi todo kokyus.

2º keiko, Doshu. Justo a la hora de partir hacia el dojo se desata una tormenta fortísima que hace que dude de mi asistencia. Hago de tripas corazón y me voy a clase. Media hora andando bajo una intensa lluvia -caliente como una sopa- hace que asistir ya sea un éxito. El tatami congestionado de gente -como siempre con Doshu- y practico con un joven japonés poco correcto y trabajador. Los hay en todos los sitios.

SEXTO DÍA SÁBADO 8

1er keiko, Yasuno sensei dojo Meiji. Nos vamos a la aventura. No sabemos exactamente el lugar del dojo. Sí la estación del metro, con lo que acudimos 30 minutos antes de lo normal a esperar a algún practicante conocido que nos guíe. El hecho de haber sido invitados a sus clases particulares y especialmente a Meiji es síntoma de muchas cosas y todas positivas, buen comportamiento y etiqueta, buena práctica y buenas recomendaciones. La clase buenísima, tomo ukemi al sensei y logro sobrevivir, su Aikido es fresco, sin movimientos innecesarios, directo y todo entrega. Almorzamos al acabar el keiko junto con todos los alumnos del dojo, son gente muy amable que intentan que te encuentres cómodo. Volvemos en el metro charlando con Ennio, un milanés cuya charla sobre Japón, la sociedad y el Aikido resulta muy interesante.

2º keiko Sugawara sensei. Hacemos otra clase en Hombu por la tarde, las 2 h de la práctica de esta mañana no nos impiden acudir a conocer -por lo menos en mi caso- otro sensei. Completamente diferente, también le tomo ukemi y la sensación es de más contundencia. Su trabajo es mucho mas fuerte que el de la práctica anterior.

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